El
sector de las telecomunicaciones se ha liberalizado, con un
régimen regulador ya impuesto para promover abierta competencia.
La regulación es efectiva en promover
el acceso universal.
Un cuerpo regulador independiente
determina y hace cumplir las regulaciones en el área de telecomunicaciones.
Los ciudadanos y el comercio tienen
un gran número de opciones para sus servicios de telecomunicación
y datos.
Las redes establecidas se han abierto
la competencia y los nuevos competidores están tomando ventaja
de estos arreglos para ofrecer servicios.
Hay una competencia vibrante entre
los proveedores de inalámbricos móviles. El espectro se ha ubicado
consistentemente dentro de las normas internacionales, y los
acuerdos de licencias estimulan nuevos participantes del mercado.
La provisión de los servicios de
valor agregado tales como acceso de banda ancha a Internet se
reconocen como una fuente de ventajas competitivas.
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